Arrepentido: la búsqueda de la divinidad

Tras varios meses sin incluir a algún artista del panorama rockero nacional, hoy he decidido volver para traeros a un grupo que, sin duda, es uno de los más grandes del país.

Este surgió en el año 1.994 y cuenta como principales componentes a los hermanos Escobedo (Carlos y Jorge). Ellos son Sôber y su estilo es el metal alternativo. Pese a que estuvieron un lustro separados (2.005-2.010) los madrileños volvieron para demostrar que tenían mucho que darnos y estrenaron grandes álbumes como Letargo (2.014) o Vulcano (2.016) sin olvidar su último trabajo recopilatorio con orquesta incluida: La Sinfonía del Paradysso (2.018).

De este último trabajo es la canción que vamos a analizar hoy. Arrepentido (Paradysso, 2.002) es uno de los temas míticos de la banda y han decidido hacerle una impresionante versión orquestal contando con la ayuda de la O.C.A.S.

 


Arrepentido sin un motivo
Que me haga culpable de vivir

Crucificado por un pecado 

Que no sé si apenas cometí

 Arrepentido sin un motivo 

Que me haga culpable de vivir 



Le pido a Dios que sea 

Mi cómplice, mi salvador 

En prueba de su amor. 



No me abandones, 

No dejes que yo vuelva a caer 
No me traiciones 
Ahora me siento arrepentido. 




Humíllame si quieres 

Provócame si es tu deseo 
Arrastro mi dolor 




Aún no es tarde para llorar 

Y arrodillarme pidiéndote perdón. 
No me abandones, 
No dejes que me aleje de ti 
No me traiciones 
Ahora me siento arrepentido. 

No me abandones, 
No dejes que yo vuelva a caer 
No me traiciones 
Ahora me siento arrepentido.


La canción comienza con una serie de acordes en off como introducción a unos primeros versos que continuarán tras la apertura instrumental que ganará gran potencia durante el estribillo yendo a la par que la maravillosa y dura voz de Carlos.

En cuanto a la temática, nos encontramos con alguien que se encuentra hablando con Dios. Este se encuentra arrepentido de alguna acción que duda haber cometido, un falso sentimiento de culpa que, seguramente, otros le hayan inducido. Es por esto que la letra muestra un carácter negativo durante toda la canción. El protagonista busca una redención, un perdón de Dios que duda que llegue. Al final, tras aceptar su culpabilidad, solo le queda llorar, arrodillarse y arrepentirse esperando a que el divino no le traicione ni le abandone.

Esta temática puede ser también enfocada desde el punto de vista de una crisis existencial, una situación que hace sentir al protagonista culpable de todo lo que otros vinculados a su entorno han hecho. Es por ello que, frente a su desesperación, solo le queda rezar y buscar ayuda en lo religioso o paranormal.

Pese a ser esta una letra sin mucha complicación, no deja de ser por ello una auténtica maravilla auditiva que además, en el videoclip de su versión orquestal, cuenta con un precioso contraste de luces y sombras.

No olvidéis nunca: HAIL TO THE ROCK!




Escrito por: Javier Villena Esclapez


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